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Espacios más abiertos y luminosos, paredes abatibles o correderas, terrazas cubiertas… Un año y medio después del inicio de la crisis sanitaria son muchos los locales de la capital aragonesa han modificado su configuración para adaptarse a la era covid.

 

La pandemia, ¿es algo pasajero o ha venido para quedarse? Aunque parece que la parte más dura de la crisis sanitaria ha pasado, son muchas las consecuencias que, a día de hoy, demuestran que la huella de la covid-19 permanece en nuestras calles. Y una de las más evidentes es la que afecta a la configuración de las ciudades y de algunos establecimientos. En el caso de Zaragoza, por ejemplo, si echamos la vista atrás, encontramos ejemplos de locales que, a pesar de acumular meses de pérdidas, se han visto obligados a llevar a cabo una gran inversión. Era, explican, cuestión de supervivencia.

Redefiniendo espacios

La pandemia ha puesto en evidencia algunas de las carencias del parque de viviendas de Aragón, como la falta de espacios exteriores en muchos pisos, algo que impulsó la colocación de balcones prefabricados, por ejemplo. La Peste negra, la Viruela o el Cólera también provocaron cambios en nuestros entornos. La zaragozana Marta Miret recoge esta y otras reflexiones en su obra ‘Pandemia y confinamiento mirado por los ojos de una arquitecta’, en la que, en sus propias palabras, trata de exponer la necesidad de tratar la arquitectura como una disciplina vital para el funcionamiento de las ciudades en el marco de una pandemia mundial.

Fuente: Heraldo de Aragón 

Articulo Heraldo de Aragón ¿Cómo ha cambiado la pandemia la arquitectura de Zaragoza?